sábado, 29 de noviembre de 2014

En el fondo de todo amor, de todo cariño, de toda relación humana late el erotismo


Nunca he sido un gran fans de la filosofía, es más me aburre.... pero hay un libro que se llama "diálogo", del cual me acordé, que habla exactamente de un nivel de amor, el cual es más platónico que otra cosa, y se sabe que no llegará a concretar nada.

Algo así me pasó hoy, porque el hecho de que sea maraca no quita que tenga sentimientos, si al final con copete o sin copete, tengo un corazón.

Hace mucho tiempo que deje de obsesionarme por amores platónicos, es más, hace mucho tiempo que no me gustaba nadie, que no sentía placer sexual, carnal por alguien.... salí de una relación tormentosa (por maraca y oportunista me pasó), y ahora estoy con alguien que en cierta manera me complementa, pero no se adecua a los requerimientos "maraquisticos", que necesito, en todo caso, lo amo y del tiempo que llevamos no lo he engañado, un gran logro.

Hoy tuve que decir adiós, pero adiós, adiós... no es un "chao, que te vaya bien", fue un adiós de esos que te dan pena, que lloras y que sabes que te costará un rato asimilar esa perdida.... Eso me pasó hoy, no creí que me podía costar tanto, menos con alguien con quien no tengo un vínculo, no más que laboral.

Las mujeres somos bien sentimentales cuando nos tocan profundo (o no en el caso subjetivo da igual), lloramos por todo, nos dan ganas de tomar un copete y olvidar, escuchamos canciones lloronas y nos ponemos a pensar en el "qué pasaría sí....!, es raro decirlo, pero fue rico sentir ese sentimiento weón de adolescente, más cuando ya pasas los treinta (que de paso son los nuevos veinte), y sentir que puedo amar o al menos algo así de nuevo.

Hace como un año y medio que me viene zapateando la niña por un hombre, 8 años mayor que yo, culto, profesional, extranjero, inteligentísimo.... casado, padre de familia, con su cuento armado, qué chucha pinto yo ahí?, ni idea, pero me dieron ganas de ser parte de su vida, ser parte de una relación más que laboral, de ser al menos una aventura carnal, de tener sexo y mantenerlo en secreto, de ser la otra y ser la perfecta compañera de trabajo.... claro, nada de eso funcionó.

 
Es que las mujeres somos muy rollentas, nos pasamos el rollo ya porque alguien nos habla bonito o nos trata bien, y ahí pregunto de nuevo, "Tan falta de cariño estamos?"
Cuando conocí a mi compañero, fuí a una entrevista de trabajo, lo ví, nos miramos, se puso rojo, se tupió, me miro, nos reimos, hablamos de todo, menos de trabajo, a las 2 semanas, estaba trabajando frente a él.
Pasó el tiempo y siempre pensaba: "Hilda, maraca culiá, no puedes pasarte rollos con él, es perfecto, sí, pero ni tan guapo, no puedes pasarte rollos, nunca te va a pescar", y aunque lo repetía como un mantra, ya pasó un año y medio, y al final nunca pasó. Me ponía nerviosa cuando lo veía, no hablaba mucho con él, porque me daba verguenza, me daban celos de pendeja cuando lo veía almorzando con otra, pero tampoco yo nunca me acerqué lo suficiente, me acuerdo que llevaba como 2 días trabajando y almorzamos juntos, solos y no pude comer más de 3 bocados, weona!!.
 
Así pasó el tiempo, y hoy lo despedí, con su familia, me sentí como la otra con el permiso de su mujer, me sentí la otra sin serlo, hasta hoy esperaba que me abrazara, me besara, me amara un segundo, a cambio de eso recibí un cálido abrazo, una espera, un caminar abrazados, un llanto de parte de él, un llanterío de parte mía, pero nada de lo que esperaba.

Nos abrazamos, me dijo que me espera, que nos veamos allá en su país natal, nos abrazamos nuevamente, le bese la mejilla y mientras le abrazaba, lo olía, lo tocaba, lo sentía, "pensar que sí hubieras querido me hubieras tenido así mismo, pasada a copete y desnuda, haciendo lo que quisieras conmigo", pensé.
El momento del abrazo no fue eterno, fue preciso, fue el detonante para que ambos lloraramos, nos agradecieramos y siguieramos nuestros caminos.
Se subió al auto, donde lo esperaba su familia, entré, lo miré, me dí vuelta, cerré la puerta, y nunca más miré atrás......
 

 

Permítame presentarme...


"Los senos de la mujer son la única persistencia del hombre; los coge al nacer y ya no los suelta hasta morir de viejo".... con esa frase comenzaba el libro que estaba terminando, nunca se me olvidó, porque aquí en Chile y en todo el mundo es la pura y santa verdad.

Soy Hilda Savage, al menos mi nombre le hace honor a mi comportamiento, soy una mujer chilena, clase media (ni alta ni baja), buena para el sexo, el copete y las fiestas, deslenguada y poco criteriosa a la hora de elegir un buen polvo desestresante.

Hoy necesité (y necesito por cierto) que me mimen, que me lleven a comer, que me inviten, que me cuenteen y que para sellar la noche, me echen un polvo de aquellos, de esos que te dejan viendo pájaritos y con ataque asmático.

Soy curada y adicta al sexo, a veces lo acompaño con alguna sustancia ilícta, pero muy rara vez, porque una vez que lo fumo y mezclo, me deja "ahueoná" y no funciono en la cama, ni en el sillón y mi cuerpo deja de responder y el apellido, se me va a las pailas, y al final después de haber jugado ese juego de seducción con el galán, termino como la mina más chanta y con cero resistencia, y eso no me lo puedo permitir, por amor propio.

Perdí mi virginidad a los 16, con un saco de weas, que veo hasta el día de hoy, nos llevamos bien, no somos amigos, pero nos saludamos, inevitablemente cada vez que lo veo, tiendo a pensar: "Hilda por la chucha, en que estabas pensando cuando llorabas por él y hasta intentaste hacerle magia negra, weona tonta". Es que cuando cumples 16 años, estás en plena pubertad, no piensas con la cabeza y te dejas llevar por los impulsos, pero en serio... tenía que estar muy weona para seguir el juego con el hasta los 20....

Es típico que te pasen cosas con el weon que perdiste la virginidad, con el primer hombre.
¿A cuántas de nosotras siempre nos recalcaron en la casa, que la virginidad era lo más importante, que teníamos que perderla con el hombre que nos llevara al altar, que era algo nuestro y nadie nos podía quitar lo más lindo e importante de nuestra escencia como mujer?, y una mierda, porque cuando la pierdes con un saco de weas o no, después con el tiempo te vas poniendo más maraca y todo el discurso anterior, te importa un reverendo pico (literalmente)

 
Bueno tal cual me pasó a mí, perdí mi virginidad con un saco de weas, lloré, patalié, "me enamoré", conocí a otro y se me pasó el "enamoramiento eterno".
He tenido pololos, "amigos con ventaja", "touch and go", etc, como quieran llamarle, pero entre tanta fauna masculina, hay veces que las he pasado muy bien y otras.... no tan bien, aunque en ningún caso me he arrepentido.
 
A veces pienso y creo que me hubiera gustado tener más agallas de ir con más tipos a la cama sin compromiso alguno, por supuesto, ser más aguerrida y es que en esta sociedad machista chilena que estamos inmersos es bien mal visto que la mujer sea maraca, pero el hombre... el hombre puede acostarse con todas las mujeres, engañar, seguir engañando y quedan como "Campeones". Intuitivamente las mujeres tendemos a ser más maracas, engañadoras, pero siempre sabiendola hacer, somos más calladas, más maracas, pero siempre más inteligentes que los hombres.
 
No soy santa, ni tampoco beata, sí bien soy re maraca.... esa soy yo, Hilda Savage