sábado, 29 de noviembre de 2014

Permítame presentarme...


"Los senos de la mujer son la única persistencia del hombre; los coge al nacer y ya no los suelta hasta morir de viejo".... con esa frase comenzaba el libro que estaba terminando, nunca se me olvidó, porque aquí en Chile y en todo el mundo es la pura y santa verdad.

Soy Hilda Savage, al menos mi nombre le hace honor a mi comportamiento, soy una mujer chilena, clase media (ni alta ni baja), buena para el sexo, el copete y las fiestas, deslenguada y poco criteriosa a la hora de elegir un buen polvo desestresante.

Hoy necesité (y necesito por cierto) que me mimen, que me lleven a comer, que me inviten, que me cuenteen y que para sellar la noche, me echen un polvo de aquellos, de esos que te dejan viendo pájaritos y con ataque asmático.

Soy curada y adicta al sexo, a veces lo acompaño con alguna sustancia ilícta, pero muy rara vez, porque una vez que lo fumo y mezclo, me deja "ahueoná" y no funciono en la cama, ni en el sillón y mi cuerpo deja de responder y el apellido, se me va a las pailas, y al final después de haber jugado ese juego de seducción con el galán, termino como la mina más chanta y con cero resistencia, y eso no me lo puedo permitir, por amor propio.

Perdí mi virginidad a los 16, con un saco de weas, que veo hasta el día de hoy, nos llevamos bien, no somos amigos, pero nos saludamos, inevitablemente cada vez que lo veo, tiendo a pensar: "Hilda por la chucha, en que estabas pensando cuando llorabas por él y hasta intentaste hacerle magia negra, weona tonta". Es que cuando cumples 16 años, estás en plena pubertad, no piensas con la cabeza y te dejas llevar por los impulsos, pero en serio... tenía que estar muy weona para seguir el juego con el hasta los 20....

Es típico que te pasen cosas con el weon que perdiste la virginidad, con el primer hombre.
¿A cuántas de nosotras siempre nos recalcaron en la casa, que la virginidad era lo más importante, que teníamos que perderla con el hombre que nos llevara al altar, que era algo nuestro y nadie nos podía quitar lo más lindo e importante de nuestra escencia como mujer?, y una mierda, porque cuando la pierdes con un saco de weas o no, después con el tiempo te vas poniendo más maraca y todo el discurso anterior, te importa un reverendo pico (literalmente)

 
Bueno tal cual me pasó a mí, perdí mi virginidad con un saco de weas, lloré, patalié, "me enamoré", conocí a otro y se me pasó el "enamoramiento eterno".
He tenido pololos, "amigos con ventaja", "touch and go", etc, como quieran llamarle, pero entre tanta fauna masculina, hay veces que las he pasado muy bien y otras.... no tan bien, aunque en ningún caso me he arrepentido.
 
A veces pienso y creo que me hubiera gustado tener más agallas de ir con más tipos a la cama sin compromiso alguno, por supuesto, ser más aguerrida y es que en esta sociedad machista chilena que estamos inmersos es bien mal visto que la mujer sea maraca, pero el hombre... el hombre puede acostarse con todas las mujeres, engañar, seguir engañando y quedan como "Campeones". Intuitivamente las mujeres tendemos a ser más maracas, engañadoras, pero siempre sabiendola hacer, somos más calladas, más maracas, pero siempre más inteligentes que los hombres.
 
No soy santa, ni tampoco beata, sí bien soy re maraca.... esa soy yo, Hilda Savage
 
 
 





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